Papá,
Mucho se ha dicho de ti,
que eres malo e inconsciente,
que te olvidas de nosotros
y que eres muy irresponsable.
Pero se olvidan decir,
que eres el arca abierta
donde todos meten mano
y solucionan sus penas.
Si es un traje, hay que comprarlo;
si son libros, hay que darlos;
si es un juguete, buscarlo;
si es dinero hay que entregarlo.
Pero jamás nadie pregunta,
¿cómo te fue en tu trabajo?
si es que hay algo que te duela
o si alguien te hizo daño.
A nadie le importa saber,
que tú también necesitas
afecto, amor y ternura,
recibir, no sólo darlo.
¡Dispénsame, padre mío!
por no saber comprenderte,
por no ver que eres humano,
y que al igual que nosotros,
también cometes errores,
Y que si tú me perdonas
yo también he de aprender
a pagar tu gran amor
con cariño, afecto y perdón.